A pesar de que en este espacio suelo hablar de marketing online y enfocarme en un aspecto más de negocio o funcional del actual mundo digital, no debemos olvidar otras transformaciones culturales que se están produciendo y que particularmente me parecen extremadamente interesantes, sin duda una de ellas es la aparición de nuevos formatos de expresión, o mejor dicho la popularización de formatos ya existentes que se han convertido en habituales y empiezan a conformar nuevos lenguajes audiovisuales y formas de expresión. Todos estos formatos no son novedosos, lo que resulta novedoso es su popularización y acceso a audiencias globales y genéricas, pues la revolución digital actual, es una revolución cuantitativa y no tanto cualitativa.
– Infografías. Si bien la definición correcta (de la RAE) de este término hace referencia a cualquier imagen creada por ordenador, hoy en día hace referencia más a los gráficos explicativos que permiten de un rápido vistazo entender de forma global, pero poco en detalle algún proceso o tema. Resulta muy habitual ver este tipo de gráficos hoy en día en periódicos online, blogs…
– Microrelatos. Los SMS y Twitter si ha convertido en la red social de moda y fruto de ello el microrelato se ha convertido en un género utilizado y popularizado a niveles insospechados lo que el «Jaiku» popularizó.
– Cortos. Los formatos «cortos» audiovisuales han sido utilizados de diferentes maneras; animaciones, videoclips, cortometrajes y anuncios. Youtube y su popularidad ha generado un aluvión de contenidos de este formato, haciendo normal lo que antes era anormal (formatos muy cortos).
– Memes. Es un concepto genérico que hace referencia a una idea o concepto que se expande viralmente por internet, esta idea/concepto acaba plasmada en diferentes formatos (generalmente imágenes) que por lo general son de consumo rápido.
Al final todos ellos obedecen a dos principios:
– La reutilización de material existente. Nos encontramos en la actualidad en la conocida como «era del remix«, donde la capacidad de clonación del entorno digital, sumada a la cantidad de dispositivos y herramientas de publicación/creación de contenidos no hacen necesario la creación de contenido nuevo, sino «remezclar» contenidos actuales para conseguirlo.
– Escasa disponibilidad del tiempo. La obsesión por el tiempo real y el volumen desproporcionado de contenido/información actual, hacen que captar nuestra atención resulte cada vez más complejo y cuando esto ocurre sea durante tiempos cada vez más cortos, es por ello que formatos más cortos y sintéticos sean asimilados de forma natural en nuestra cultura actual.
Otro punto de reflexión que abren estas nuevas formas de expresión es la falta de profundidad en el debate, pues nos encontramos ante una «atomización» de la atención que no permite la reflexión profunda y dedicación exhaustiva que son necesarias en algunos casos… pero eso es otro debate.