Delicious forma parte de nuestro patrimonio, para los que llevamos un tiempo por la red, Delicious representó una nueva manera de ver la web, allá por el 2003, cuando palabras como Web 2.0 o Facebook todavía no existían alguien llamado Joshua Schachter pareció ver que la inteligencia colectiva que proporcionaba Internet podía originar una auténtica revolución, como parecía que ya estaban consiguiendo otras experiencias prometedoras como una enciclopedia colectiva fundada en el 2001 llamada Wikipedia.
El auge de la Web 2.0 catapultó a Delicious a todas las portadas con su compra por parte del gigante Yahoo!, que respondía en 2005 a su pérdida alarmante de cuota de mercado en buscadores provocado por la expansión imparable de Google. Así pues en 2005 Yahoo! se hacía con dos de los servicios más antiguos e innovadores en eso que empezaba a llamarse web 2.0; Delicious y Flickr, atrayendo así la atención de muchas miradas en un movimiento que muchos valoramos de muy inteligente.
Delicious, junto con Flickr ha representado para muchos de nosotros el primer contacto con la Web 2.0, el primer sentimiento de que estábamos viviendo algo grande, empezábamos a ver la revolución que implicaba la interrelación de millones de personas para ofrecer algo de un valor incalculable, una herramienta individual que iba construyendo algo imposible, un orden dentro del caos; folksonomías, nubes de tags, inteligencia colaborativa son términos que deben su popularidad a esta herramienta.
A día de hoy, donde la ilusión de estar haciendo algo grande pasa a su siguiente escalón natural que es demostrar su justificación económica, se filtra que Yahoo! está planeando vender (¿cerrar?) este servicio alegando motivos económicos. Delicious siempre fue respetuoso con los usuarios, nunca tuvo publicidad, estuvo a salvo de cualquier idea de negocio capaz de «prostituir» la idea original: usuarios categorizando la información de una forma libre.
No cabe duda que Delicious tendrá comprador, pero lo importante que deberíamos aprender es que hay cosas que deben escapar a intereses meramente comerciales, en eso se basan las ideas de «patrimonio cultural»; preservar y conservar sitios de importancia excepcional para la herencia común de la humanidad, y que duda cabe el papel fundamental que tuvo esta herramienta en algo que pronto los niños estudiarán en el «cole», como es la transformación cultural que significó la Web 2.0.
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[…] antes de que fuera adquirido por Yahoo!. Coincido por completo con Jose Llinares al afirmar que Delicious es un Patrimonio de la Web 2.0 (lectura ampliamente […]