Recientemente leía un fantástico artículo (en inglés) titulado «APPsVS the Web» que contraponía el universo web contra es nueva «economía de las APPs«, una aproximación mucho más práctica del ya famoso y polémico título «The Web is Dead» publicado por Wired.
Lo que parece claro es que la era digital pivota más allá de la Web, de ese medio basado en una interfaz de navegador, más orientado a la búsqueda de información que al desarrollo de tareas y servicios. ¿Está Internet muerto? Obviamente NO y fantasear con el futuro en este mundo tan impredecible te puede dejar en muchas ocasiones en evidencia.
Lo que sí es es cierto, que para una generación como lo mía criada en el mundo digital de los 90s y primera década del 2000, acostumbrada a esa web abierta, con un propósito principalmente informacional, donde los buscadores jugaban un papel fundamental de acceso, se presentan nuevos modelos que no tenemos tan interiorizados, de los que tenemos que aprender pues de ellos dependen seguir creciendo y no quedarnos descolgados con la llegada de una nueva generación de nativos digitales.
Así pues podemos ver como el uso fundamental del móvil a día de hoy es «chatear» con los amigos, ver vídeos y jugar, usos bastantes diferentes a los que la famosa Web nos tenía acostumbrados.
En esta nueva realidad hemos de tener en cuenta:
- La importancia del «boca a boca» y la viralidad en redes sociales para el descubrimiento de nuestras aplicaciones/soluciones.
- La viralidad y el «boca a boca» se producen sobre la calidad de un producto, por tanto la obsesión por el desarrollo de productos de calidad, con un utilidad, que cumplan una función y cuya experiencia de uso sea fácil y satisfactoria.
- Sencillez de uso, hacer una única tarea pero bien y un proceso de aprendizaje de uso muy sencillo.
- La utilización de publicidad orientada a los dispositivos y que aproveche la capacidad de segmentación del medio digital.
La realidad es que muchos argumentos en defensa de la web son argumentos tecnológicos (accesible desde cualquier plataforma, sin costes de adaptación, accesible por buscadores…), pero nos olvidamos que esos argumentos a un usuario final le son indiferentes, estos buscan la mejor experiencia orientada de forma clara a cumplir sus objetivos de una manera rápida y sencilla y eligirán esa plataforma independientemente de cuan abierta sea.