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¿Está la analítica matando a los medios de comunicación?

En su momento todos abrazamos el mantra «en digital todo se puede medir», lo vitoreamos y lo convertimos en bandera de la revolución digital, los medios de comunicación no fueron la excepción, especialmente cuando entendieron que medir visitas era la clave de su sustento económico, camino que nosotros los usuarios les abocábamos sin alternativa no queriendo pagar por su trabajo: la información y la investigación. Perdíamos con ello, sin ser conscientes, una perspectiva más amplia, los medios no solo nos informan, sino que ejercen también un control sobre empresas, instituciones y personas (no olvidemos que son el cuarto poder) y esa garantía de control es difícilmente cuantificable ¿cómo se miden las tramas de corrupción no investigadas mientras los periodistas escribían sobre «las 10 maneras de hacer cualquier cosa que tenga volumen de búsquedas»? ¿cómo se cuantifica el creciente número de personas interesadas en temas banales y sin criterio formado sobre los temas relevantes que nos conforman como sociedad? ¿cómo se cuantifica todo ese tiempo de «procastinación» en curiosidades en detrimento de profundizar un debate? ¿cómo se cuantifican todos aquellos inmigrantes desparecidos en el Mediterráneo que nadie ha reportado porque el periodista estaba escribiendo sobre los «los 10 cambios de cirugía más radicales de los famosos»?

Tal vez el título de este post sea un tanto sensacionalista y erróneo, los medios de comunicación no están muriendo, pero si están mutando peligrosamente, perdiendo su esencia de ofrecer información veraz de interés público para convertirse en mero entretenimiento y distracción. El objetivo de un medio de comunicación no es obtener más visitas, sino el interés público, en ese equilibrio está la clave, pero parece que por momentos el interés público está perdiendo la batalla, dejando cada vez más espacio para que la masa y los populismos marquen lo que es de interés.

Es triste entrar en los medios digitales y ver como lentamente, pero sin pausa, la calidad de las noticias va decayendo, como surgen nuevos medios digitales orientados al único fin de tener visitas para adoctrinar en vez de informar, como cada vez aparecen más contenidos comerciales disfrazados de «pseudonoticias», como el sensacionalismo se impone a una opinión razonada y a un debate, como cada vez las noticias con un fin viral y de «link baiting» aparecen más y más en las portadas. Resulta alarmante ver como se diluye el rol informativo y educativo de los medios para ser herramientas de entretenimiento y adoctrinamiento, en vez de poner foco en generar noticias contrastadas, de hacernos pensar para formarnos una opinión y en mostrarnos lo que no vemos, se centran por el contrario en distraernos, porque lo masivo es lo que vale, lo que viraliza, lo que posiciona, lo que genera más visitas por sesión, lo que tiene menos tasa de rebote.

Que si, que sigue habiendo prensa seria, que todavía existe buen periodismo, que existen buenos periodistas, que el periodista de vocación sigue estando ahí, pero no es menos cierto que cada vez son menos, que las visitas y la analítica les están ahogando, que probablemente necesiten más ayuda y reconocimiento del que han tenido en estos tiempos digitales, por eso estoy escribiendo sobre ellos hoy.

Está claro que solo con unas palabras en este pequeño rincón de internet no vale, que todavía no se ha encontrado la llave mágica para solucionar este problema de la prensa digital, que todavía no hemos encontrado la manera de hacer que la gente se esfuerce por demandar más a los medios, para que valoren y paguen por todo ese trabajo que hacen por nosotros medios y periodistas que trabajan en ellos. En eso tendrán que seguir trabajando periodistas, medios y «gurús» del digital, ese es su trabajo. Yo como usuario me queda al menos el derecho a quejarme.

PD: Quería dedicar este post a mi hermana, periodista desde hace más de 20 años, por hacerme entender la importancia y dureza del periodismo.

 

 

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