«En internet todo se puede medir». Este mantra tan venerado por nuestra generación digital basa todos los datos en la medición, así pues llegamos a los medios de comunicación y bien, las audiencias mandan, necesitan visitas, pues de eso viven y por tanto hay que potenciar lo que los usuarios leen. Ahora bien, que en internet todo se pueda medir ¿quiere decir que las visitas tienen que mandar? Pues esa es la sensación que da en la mayor parte de la prensa digital, basta ver los módulos de lo «más leído» en cualquier periódico para darnos cuenta de lo que realmente queremos leer.
A riesgo de sonar prepotente, parece claro es que la masa no pri0riza en sus lecturas temas serios o de cierta profundidad, somos más de leer curiosidades y noticias del tipo «El crucial primer mensaje: así debe empezar a ligar un hombre» temas bastante alejados de lo que debería ser el buen periodismo. Así pues entramos en una especie de círculo vicioso, los medios se deben a sus audiencias, sus audiencias quieren contenidos hedonistas y superficiales y uno empieza a preguntarse ¿dónde queda el papel del periodismo?
Siempre me interesó la profesión de periodista, junto con la de músico mi profesión frustrada, menos mal que mi hermana le echó más agallas y ellas si es una periodista, alguien que me ha hecho entender la función social del periodismo, «sin periodismo no sabríamos de Bárcenas, Pequeños Nicolás o Bonos» me decía. De obvio se nos está pasando por alto que el periodismo es (¿era?) el cuarto poder, ahora bien, en este nuevo panorama ¿dónde queda el rol del periodismo?
La verdad, es que yo tampoco lo tengo claro, no soy un profesional de los medios de comunicación, pero por las conversaciones que tengo con amigos y conocidos están surgiendo muchos modelos, pero ninguno ha conseguido convertirse en la solución y por el contrario uno va observando gradualmente como los medios de comunicación se convierten en panfletos orientados a conseguir viralidad en redes sociales en detrimento de su función social.
Este artículo no ofrece solución, pero si trata de poner en valor algo que no debemos olvidar: el periodismo es necesario como elemento de control, lo cual viene a decir, que de algún modo hemos de pagar y subvencionar el periodismo, para no acabar convirtiendo en realidad la distopía de «Un mundo Féliz» donde la sobre información absurda oculta la realidad.